Mensaje en morse -Contesta-

Había pájaros que tarareaban tu nombre
y duraznos con tu sabor. 
De tu recuerdo comía y bebía a diario; 
De la lluvia, un dolor y un insomnio. 
Todo de ti rechinaba a las 3 menos 10. Se irrumpía el sueño,
y ese insomnio con tus ojos, 
oscuras perlas que pintaban los paisajes, 
un telar con finas líneas de tus letras; 
Tu desprotegido nombre en el aire, 
que con garras de tigre te ahuyentaban de mí. 
Te dejé en la cama las cartas, las caricias;
sobre ellas tu nombre.
Tu nombre, ese destinatario que se niega a leer-me-ticuloso.
Tienen sus letras esos sobres,
 con huellas que se preguntan,
¿Olvido, desamor, desidia?
Abandono.
Las cartas tiene sentimientos y fechas,
tuvo un amante que ya no se presenta en la fachada
¿Fuga, olvido?
Deberían estar guardadas.
Las cartas fueron respuestas a gritos,
¿o preguntas sin respuesta?
Y debajo de ellas, la cama, en posición incómoda,
espera el nombre un varón que desesperó la espera,
por un olvido, una fuga
o un simple abandono.




EVANescente

Amor, ¿Qué has hecho? Que lograste romper el silencio, que del fruto amargo de tu engaño te has ganado mi suplicio. Ganas gotas tristes y nostálgicas que se reflejan en mi llanto.
¿Qué soy yo de ti? Tu firmamento, tu enamorada. Ahora mírame a los ojos y di que me quieres, que aprecias la euforia rota que descarné de mí y puse a tus pies, que los meses de Diciembre fueron de cálidos besos arrebatados de frío y de tu angustiada y delicada necesidad de permanecer aquí.
Siénteme amor… estoy aquí. Aquí para ofrecerte mis recuerdos infinitos y mis problemas más efímeros. Las incontables plumas de aves esmeraldas y las recetas dulces de buenos panaderos.
Amor, contesta. ¿Qué no ha sido suficiente tanto suspenso y tantos latidos en el hendir de cada dolor? Amor, como confundes, estresas.
¿Cómo decir que por ti perdí mi orgullo? Decir que te adoro tanto y tanto, que en cada uno de mis sueños rezumas como palabras líricas en la eternidad.
¿Cómo decirte que codicio la razón de tu infamia? Y que cada día añoro con cruzar el umbral que nos separa, cortar mi sangre espesa como el silencio que te acompaña.

Amor, ¿Cómo decirte que hagas mal y destruyas estos años con un mal final? En efecto, soy tu veneno, pero yo amor… también puedo llegarte a amar.