Amor, ¿Qué has hecho? Que lograste romper el silencio,
que del fruto amargo de tu engaño te has ganado mi suplicio. Ganas gotas
tristes y nostálgicas que se reflejan en mi llanto.
¿Qué soy yo de ti? Tu firmamento, tu enamorada. Ahora
mírame a los ojos y di que me quieres, que aprecias la euforia rota que
descarné de mí y puse a tus pies, que los meses de Diciembre fueron de cálidos
besos arrebatados de frío y de tu angustiada y delicada necesidad de permanecer
aquí.
Siénteme amor… estoy aquí. Aquí para ofrecerte mis
recuerdos infinitos y mis problemas más efímeros. Las incontables plumas de
aves esmeraldas y las recetas dulces de buenos panaderos.
Amor, contesta. ¿Qué no ha sido suficiente tanto suspenso
y tantos latidos en el hendir de cada dolor? Amor, como confundes, estresas.
¿Cómo decir que por ti perdí mi orgullo? Decir que te
adoro tanto y tanto, que en cada uno de mis sueños rezumas como palabras
líricas en la eternidad.
¿Cómo decirte que codicio la razón de tu infamia? Y que
cada día añoro con cruzar el umbral que nos separa, cortar mi sangre espesa
como el silencio que te acompaña.
Amor, ¿Cómo decirte que hagas mal y destruyas estos años
con un mal final? En efecto, soy tu veneno, pero yo amor… también puedo
llegarte a amar.